La vía de la montaña
"En el deporte por lo general, y particularmente en el montañismo y alpinismo, la persona de este siglo XX tiene todavía un marco que puede aprovechar. La montaña, entendida como vehículo ritual, se ofrece al hombre de acción que sepa verlo -montañero o alpinista- como camino de ascenso de una cierta eficacia interior; pues, desde tal punto de vista es sabido que quien sube o escala externamente no manifiesta otra cosa que una subida o escalada interna. Pero para que tal eficacia interior pueda verificarse, es preciso que, entre otras cosas y además de un perfecto control de sí mismo, de una actitud incondicionada, y de una profunda concentración en sentido eminente sobre aquello en lo que la persona se proyecta, no sean sustraídos o anulados por la técnica elementos como el sacrificio, el esfuerzo, la lucha..., si tal cosa sucediera, el mismo sentido ritual de la acción desaparecería".
[Isidro Juan Palacios, prólogo a Julius Evola, Meditaciones de las cumbres, Ediciones de Nuevo Arte Thor, Barcelona, 1978, p. 4]. Ilustración de Ernst Platz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario