El corredor de fondo:
un hedonista, un asceta
"En el alma del corredor de fondo hay, paradójicamente, dos figuras bailando: un hedonista y un asceta. Hay, por un lado, un ser que desea disfrutar de la naturaleza, del sol, de los prados, de la luz, del canto de los pájaros, del rumor de las hojas, del silencio de los caminos boscosos; alguien que busca el placer, un hedonista. Pero, a la vez, hay un ser que se trasciende, que siente el anhelo de superarse, de cruzar límites, de ponerse a probar, de traspasar fronteras que solamente él conoce y que no están pintadas en ningún mapa. Eso es un asceta.
El asceta asciende, se eleva, indaga lo que no sabe, busca lo que aún no conoce, se entrega a fondo, incondicionalmente, sin esperar nada a cambio, gratuitamente, en un acto de comunión profunda con el misterio del mundo. Está dispuesto a sufrir para elevarse y a trascender sus límites; está dispuesto a hacer grandes sacrificios, a renunciar a toda clase de comodidades y de bienes para hacer realidad su sueño".
[Francesc Torralba, Córrer per pensar i sentir, Angle, Barcelona, 2015, p. 32].