El espíritu del rugby
“En 1850 la revista Punch publicó lo que podría definirse como la regla de oro del nuevo orden: "Deportista es todo aquel que no
solamente ha vigorizado su musculatura y desarrollado su resistencia por el
ejercicio de algún deporte, sino que en la práctica de ese ejercicio ha
aprendido a reprimir su cólera, a ser tolerante con sus compañeros, a no
aprovechar una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una
trampa y a llevar con altura un semblante alegre bajo el desencanto de un revés”.
La definición se convirtió en todo un credo para los flamantes sportman y sirvió de fuente de inspiración para los defensores de un emergente deporte que iba a afrontar el descomunal reto de tratar de conciliar la violencia de las actividades populares más groseras con el fair play que empezaba a ganar terreno entre los jóvenes estudiantes: el rugby".
[Albert Turró, El tercer tiempo. Todo lo que hay que aprender de rugby mientras se beben unas cervezas, Saga, Barcelona, 2010, p. 23].
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