Sudor y ansiedad
"Durante el ejercicio (...) nos asaltan muchas sensaciones desconocidas que alejan de nosotros la ansiedad. Nos ayuda, por ejemplo, el sudor. Cuando el cuerpo está empapado de sudor la ansiedad desaparece, la turbación psíquica se reduce y uno puede concentrar todo su esfuerzo en la acción y hacer frente, una tras otra, a las exigencias de cada momento".
[Yukio Mishima, Lecciones espirituales para los jóvenes samuráis, La Esfera de los Libros, Madrid, 2001, p. 178].
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